El autocuidado: la magia de tu bienestar

El término «autocuidado» está compuesto por dos palabras: «auto», que significa «propio» o «por uno mismo», y «cuidado», que significa acción de cuidar, asistir, guardar y conservar.

Definiciones de autocuidado

La teoría del Autocuidado (self-care en inglés) tiene su origen en una de las teoristas más destacadas de Estados Unidos, Dorothea Orem, nacida en Baltimore en la década de los treinta. En 1971, publicó su primer libro y desde entonces ha desarrollado teorías y subteorías que componen este modelo, ampliamente difundido y aplicado en la actualidad.

El concepto básico desarrollado por Orem es que el autocuidado se define como el conjunto de acciones intencionadas que realiza o realizaría una persona para controlar los factores internos o externos que pueden comprometer su vida y desarrollo futuro. Por lo tanto, el autocuidado es una conducta que la persona realiza o debería realizar para sí misma.

Uno de los supuestos que se derivan de aquí es que todos tenemos la capacidad de cuidarnos, y este autocuidado lo aprendemos a lo largo de nuestra vida, principalmente a través de las interacciones en las relaciones interpersonales. Por esta razón, no es extraño reconocer en nosotros mismos prácticas de autocuidado aprendidas en el seno de la familia, la escuela y las amistades.

La Organización Mundial de la Salud define el autocuidado como «la capacidad de individuos, familias y comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidades, con o sin el apoyo de un proveedor de atención médica».

Por último, una definición de La Biblia se puede resumir en la siguiente frase: «Ama a los demás como a ti mismo» – Jesús de Nazaret.

Para mí, el autocuidado son las acciones y actitudes diarias que realizo para estar bien conmigo misma a nivel mental, físico y emocional.

Pilares del autocuidado

El autocuidado se apoya en tres pilares fundamentales:

1. El autocuidado es una opción y una responsabilidad

Solo tú puedes decidir cómo cuidarte a ti mismo; nadie puede hacerlo por ti. Dependiendo de alguien para promover el cuidado de ti mismo no es una opción saludable. En el autocuidado, te responsabilizas de ti mismo, te haces cargo de tu salud, emociones, ideas y proyectos. Esto no significa que tengas que excluir a los demás. Puedes sentirte inspirado o influenciado por quienes te rodean: amigos, familiares, profesionales de la salud, entre otros. Pero solo tú puedes dar el paso para cuidarte a ti mismo.

Cuidarse a sí mismo implica identificar y tomar mejores decisiones sobre nuestras necesidades físicas, emocionales, mentales, financieras y espirituales. Para hacer esto, debemos reconocer nuestra responsabilidad sobre nuestro bienestar y las acciones que podemos realizar para mantenernos saludables.

El autocuidado es individual y diferente para cada persona. No hay una guía específica, pero hay características que distinguen lo que no es autocuidado. Recuerda que el autocuidado es relativo: así como cada ser humano es único, el autocuidado es diferente para cada uno de nosotros.

2. El autocuidado nos lleva al autoconocimiento

Cuando asumimos la responsabilidad de cuidarnos al mismo tiempo es una forma de acercarnos a nosotros mismos. En dicho proceso tenemos la oportunidad de:

  • Reflexionar sobre el pasado: observar qué nos hirió en el pasado, qué faltó y hacernos responsables en nuestra vida adulta. Debemos cuidar de nuestras necesidades del pasado no satisfechas. ¿Qué nos hirió en la infancia? ¿Qué traumas tuvimos de niños? De ahí podemos entender qué necesidades no satisfechas estamos trayendo a la actualidad.
  • Tener un diálogo interno: observar nuestro diálogo interno diario. El autocuidado implica tener atención plena en el momento presente, centrarnos en nosotros mismos y no perdernos de vista. Esta capacidad de estar enraizados en el presente nos trae paz y conexión con nosotros mismos.
  • Planificar el futuro: planificar nuestro futuro con un propósito de vida, detectar y tener claro nuestros sueños y objetivos, así como conocer nuestros valores y tener claridad en nuestra visión. Tomamos decisiones en el presente basadas en esos valores. Este marco nos dará plenitud y felicidad.

3. El autocuidado como estilo de vida

Es importante decir que el autocuidado no es un acto egoísta; no se trata de cuidar la imagen que los demás o la sociedad tienen de nosotros. No consiste en seguir dietas extremas o hacer posturas de yoga complicadas. Se trata de hacer lo que se siente bien para uno mismo, de realizar y disfrutar de actividades saludables o beneficiosas fundamentales para cada uno.

El autocuidado es a largo plazo. A menudo, confundimos cosas que calificamos como autocuidado en el día a día, pero en realidad no lo son. Muchas personas gastan grandes cantidades de dinero para obtener una gratificación instantánea o un bienestar a corto plazo. El verdadero autocuidado implica invertir en el bienestar a largo plazo, que a veces puede no ser tan llamativo como las opciones de gratificación instantánea.

Aunque el autocuidado parece ser una obviedad, especialmente dado los tiempos desafiantes de los cuatro últimos años, muchas personas pueden tener argumentos conscientes o inconscientes contra el autocuidado. Pueden considerarlo egoísta o indulgente, o incluso narcisista. Pueden pensar que es un lujo que no pueden permitirse, que están demasiado ocupados con sus vidas, trabajos, hijos u otras responsabilidades familiares.

Es importante ampliar nuestra idea de lo que realmente significa el autocuidado y entender que no se trata solo de cuidarnos a nosotros mismos como individuos, sino de cuidar de nuestra comunidad y nuestras interacciones diarias.

Beneficios del autocuidado

No importa quién eres, qué has hecho o en qué etapa de la vida te encuentras, pero el autocuidado es algo que debes incorporar inmediatamente a tu vida. En efecto, este trae muchos beneficios tales como:

  • Mejora la productividad: con el autocuidado, aprendemos a decir «no» a las cosas que nos consumen demasiado tiempo y comenzamos a priorizar las cosas que son más importantes. Esto nos permite tener más tiempo para nuestras pasiones y dedicar tiempo justo a los compromisos.
  • Mejora la autoestima: cuando tenemos tiempo para nosotros mismos y nos tratamos bien, enviamos un mensaje positivo a nuestro subconsciente, lo que mejora nuestra autoestima.
  • Conocernos mejor: el autocuidado nos lleva a pensar en lo que realmente nos gusta hacer y necesitamos, descubriendo nuestras pasiones e intereses para entendernos mejor.
  • Tener más para dar: Cuando cuidamos de nosotros mismos, nos brindamos los recursos necesarios para ser compasivos con los demás.

Tipos de autocuidado

El autocuidado se manifiesta en todas las esferas de nuestras vidas:

  • Físico: incluye dormir lo suficiente, descansar, hacer ejercicio, comer de manera saludable, entre otras cosas.
  • Emocional y mental: involucra expresar nuestros sentimientos con honestidad, ser positivos, pedir perdón cuando nos equivocamos, entre otras acciones.
  • Social: implica pedir ayuda cuando la necesitamos, sentirnos escuchados, conversar asertivamente, y cuidar de nuestras relaciones sociales.
  • Espiritual y cognitivo: incluye practicar la meditación o relajación, leer, estudiar, y perfeccionarnos intelectualmente.
  • Profesional y financiero: involucra cuidar de nuestras responsabilidades laborales y financieras de manera adecuada.

Crear un plan de autocuidado

Cuando se trata de productividad, muchas personas piensan que la clave del éxito es hacer siempre más. Sin embargo, es importante recordar que el autocuidado es esencial para evitar el agotamiento y el estrés. Al crear una rutina de autocuidado constante, no solo evitamos estar agotados, estresados y cansados, sino que también aumentamos nuestra productividad.

Al crear un plan de autocuidado, es importante preguntarse: ¿cómo quiero sentirme? El autocuidado implica escucharse a uno mismo, darse una respuesta honesta y hacer lo que está bien para uno mismo en el momento presente. Conocernos, explorar, aplicar e integrar hábitos y rutinas que nos lleven a vivir una vida en bienestar.

Conclusión

El autocuidado es una necesidad, no un lujo. Es un hábito y una cultura de por vida que debe adaptarse a nuestras necesidades individuales. Cuidar de nosotros mismos nos permite afrontar las decisiones y desafíos de la vida de una manera más saludable y plena. Este acto de amor propio no solo es un regalo para el alma, sino también la piedra angular de una vida plena y saludable.

Así que, sumérgete en la magia de tu bienestar a través del autocuidado. Cada acto de amor propio es un hechizo que te conecta con tu esencia. Descubre la magia en el simple acto de cuidar de ti mismo/a y permite que la chispa de tu bienestar ilumine tu vida.

Siempre recuerda: ¡Eres lo más preciado, cuídate! ¿Qué representa el autocuidado para ti?

REGALA BIENESTAR

Sorprende a tus seres queridos con una tarjeta de regalo para nuestros servicios de bienestar. 

Es el detalle perfecto para quienes buscan equilibrio y armonía en su vida.

¡Haz clic aquí para comprar ahora y comparte la magia del autocuidado!

50 USD

70 USD

100 USD